Idioma orígen: Castellà
Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro construÃdas a la orilla de un rÃo de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecÃan de nombre, y para mencionarlas habÃa que señalarlas con el dedo. Todos los años, por el mes de marzo, una familia de gitanos desfarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea, y con un gran alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos.